sábado, 28 de noviembre de 2009

TERRITORIO POBLADO. 29-11-09

Territorio poblado
que se disipa
lentamente,
hasta que queda el murmullo,
las frases que flotaron
en el aire
pero no se dijeron.
Entonces no hay lugar
para lo propio,
despedirse,
porque no hay deseos
de hacerlo.
Podría trazarse
un mapa
de caminos
circulares,
retomando
el final como comienzo.
Y así entre premonición
y obviedad,
tu mejilla
se adelanta a mi beso.
La despedida
nos envuelve
pero ateridos,
recurrimos
al territorio poblado
ahora despoblado,
para justificar
tanto silencio.
Y así callamos...

Cintia Ceballos

viernes, 27 de noviembre de 2009

Disuelta. 27-11-09

Es que imagino
la tormenta y luego sucede,
lentamente me permito
la ausencia paulatina
de las prendas
hasta que la piel
retome su primera labor,
cubrir un alma frágil
y no estar cubierta.
Solo puedo pensar
como única imagen,
en el azúcar
disuelta por el agua
o tu boca en mis besos,
el dulce padecer
y la tormenta,
aquella que imagino
luego sucede.


Cintia Ceballos

BES AME. 27-11-09

Besame en los labios,
le dije a la tormenta
y en el segundo
en que lo inesperado
acontece,
un rayo me partió
en dos
y se esfumó.


Cintia Ceballos

domingo, 22 de noviembre de 2009

SUEÑO. 22-11-09

Amarras tu cuerpo a la cama
para que no se escape
sin tu consentimiento
por la noche.

E inventarás finales más
propicios
en tu mente,
la elaboración,
el método
y la resolución,
se vestirán de ensueño
de sueño
y recuerdo borroso
al despertar.
Adoras la libertad,
la ligereza que logras

en tu cuerpo,
siempre,
aún cuando las historias
distan tanto
unas de otras.
Pero abres los ojos
y la necesidad
de recordar
te desespera.
No entiendo por qué
la coherencia

se trasviste
cuando despierto.


Cintia Ceballos

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Todo aquello que no fluye. 4-11-09

Sabrás que todo aquello
que no fluye
se estanca,
y es alusiva
mi desidia
anticipada,
a modo
de confrontación
creo.
Como un revuelo
de hormigas
que visten alas
anunciando
la tormenta,
me amoldo
a la ocasión
con la sonrisa
más volátil
que poseo.
Me gustaría decir
que me detuve
en el instante
en que tus alas
te acercaron
hasta mí.
Sin embargo no,
me quedé atesorando
lo venidero,
sintiendo la lluvia
en el cuerpo
y el sabor
a tierra húmeda
en los labios,
porque sabrás...
todo aquello
que no fluye
se estanca.


Cintia Ceballos

lunes, 2 de noviembre de 2009

mi pollera roja con lunares de colores. 2-11-09

De niña tenía una pollera
roja
con lunares de colores
y era de entre otras vestimentas
la que yo prefería.
En los días de viento
endulzados con sol,
en mis tardes de calle
rodeada de amigas
y hermanas.
En el ritmo infinito
y silencioso de las siestas,
en las noches de verano
en el garage.
Se mojó de carnavales,
padeció los tormentos
y frustraciones de mi primera
y vieja bicicleta
que se empeñaba en convertirnos
en el flanco perfecto
para todos los bombuchas
de la cuadra.
Sin embargo un día
mi madre me dijo
que debía regalarla,
sentí en mi inocencia
que mi pollera roja
ya no me quería
como compañera,
era difícil para mí comprender
que había crecido
y ella no podía hacerlo conmigo.
Después tuve otras polleras,
pero ninguna como aquella
con lunares de colores.
Creo que desde aquel momento
el tiempo se convirtió
en tiempo
para mí.

Cintia Ceballos