lunes, 2 de noviembre de 2009

mi pollera roja con lunares de colores. 2-11-09

De niña tenía una pollera
roja
con lunares de colores
y era de entre otras vestimentas
la que yo prefería.
En los días de viento
endulzados con sol,
en mis tardes de calle
rodeada de amigas
y hermanas.
En el ritmo infinito
y silencioso de las siestas,
en las noches de verano
en el garage.
Se mojó de carnavales,
padeció los tormentos
y frustraciones de mi primera
y vieja bicicleta
que se empeñaba en convertirnos
en el flanco perfecto
para todos los bombuchas
de la cuadra.
Sin embargo un día
mi madre me dijo
que debía regalarla,
sentí en mi inocencia
que mi pollera roja
ya no me quería
como compañera,
era difícil para mí comprender
que había crecido
y ella no podía hacerlo conmigo.
Después tuve otras polleras,
pero ninguna como aquella
con lunares de colores.
Creo que desde aquel momento
el tiempo se convirtió
en tiempo
para mí.

Cintia Ceballos

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