martes, 27 de enero de 2009

la idea es la misma

ya basta. 3-11-08.

ya basta,

no voy a conformarme nunca más,
elegiré sin miedo mi camino,
viviré cada día sin reservas,
si el tiempo me marcó en cuerpo y alma,
porque ignorar tremendas enseñanzas
porque seguir así sin más.
ya basta,
no estoy quebrada, ni me pesa lo vivido,
no cubro con olvivo ni al dolor,
me levanté mil veces y aún sigo,
no evitaré caerme si es preciso,
pero siempre pensando en continuar.
ya basta,
y lo digo por mí y por cada ser,
que piense que la opción está en la inercia,
que sienta que el miedo tiene el mando,
hoy digo basta,
y lo digo por mí,
y lo digo por vos.
La riqueza mas grande está en lo simple,
no entendiendo por simple lo falto de valor,
es todo lo contrario mis amigos,
es cambiar la manera de mirar,
es bendecir el día que comienza,
y dar gracias de poderlo vivir,
humanos como somos, imperfectos,
dotados de ilusiones, de sueños y proyectos,
creo que lo importante es no dejar de buscar,
y respetar al resto,
entendernos tan solo como partes de un todo.
y si es que digo basta,
porque tomé conciencia
de que la muerte llega cuando no estamos listos,
porque es que somos muchos colmados de pendientes,
ya basta no me rindo,
y lo digo por mí,
y lo digo por todos.


Cintia Ceballos




El niño de los arboles. 15-10-94

Correr entre la gente era toda una aventura,
pensar que era un pirata, compañero del mar,
y jugar con el aire o con los bichos bolas
y una tropa de hormigas dispuestas a luchar.
Esconderse del mundo aunque todos lo vieran,
pasar inadvertido aunque no fuera verdad,
y dejarse llevar entre sus fantasías,
de construirse alas y así poder volar.
Prefería estar solo, lejos de las mentiras,
apreciar los silencios y poderlos leer,
descubrir los secretos que encierran los sentidos,
y detener los ojos en lo que otros no ven.
Al verlo difente se apartaron de él,
y hasta lo condenaron a sentir soledad,
pero ellos no sabían que justo eso quería
y que tan solo ansiaba vivir en libertad.
Entonces sin pensarlo se alejó de este mundo,
cargó con su inocencia en busca del lugar,
que al fin le permitiera respirar el sabor,
que solo en sus sueños, había podido encontrar.
Se apartó del bullicio y de la hipocresía,
trepando por los arboles su juventud vivió,
y así aguardó en la espera de los años siguientes,
rodeados de esos seres que entienden de valor.


Cintia

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