sábado, 5 de diciembre de 2009

un fisgón. 5-12-09

Un fisgón generalmente
produce sin saber con sus miradas
la incomodidad de dos cuerpos,
la del objeto deseado por un lado
y la del que desearía ser objeto, por otro.
Sin embargo dada la premisa universal
de que existen los ojos para mirar
no se debería accionar bruscamente
sobre quien ejerce ese derecho.
No obstante mis queridos colegas,
concluyo, nadie debería aceptar
trato tan mezquino,
ruin y descarado.
Propongo el olvido y
el destierro
como justa condena.
El resto lo hace el tiempo,
la soledad venidera
y la valoración de lo lejano ahora
inalcanzable hasta de la mirada.



Cintia Ceballos

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