Mis piernas
se enredan con mis piernas
para no perturbarte.
Y debajo de la mesa
se dibujan
secuencias amatorias
encubiertas.
Clarividente juego
a leer tu mente,
tus silencios,
y te pido perdón,
creo que no estaré
cuando despiertes.
Cintia Ceballos
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