Dejame
que el viento cálido de hoy
ya me abrazó.
Pero no me sueltes
tengo miedo que el viento no se apiade
y me lleve con él
en un torbellino de suspiros.
No intento comprender
ni comprenderte
y menos aún comprenderme.
La sola idea de intentarlo
me aterra,
pero dejame
y no me sueltes,
que el viento cálido de hoy
me desnudó
y ya no me permito
otra desnudez,
mirame, pero no tanto
no sé si te gustará
descubrir
que suelo ser más roja
que azul.
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