jueves, 23 de julio de 2009

BESTIDURA. 24-7-09

Te vistes con la piel
de un leopardo
para definir
la voracidad
de tu apetito,
y la mirada
felina
que ostentas
te asusta
cuando la ves reflejada
en los ojos perplejos
de tu presa.
Y es que no encuentras
la manera exacta
de distinguir
tu deseo
de lo que desearías
desear
y construyes tu dominio
en la vulnerabilidad
de lo indefinido
del miedo.
Y luego de cada conquista
exhibes
tu corazón ennegrecido
como trofeo
a veces suplicando
la indulgencia
que tus garras
no pudieron
conceder.
Y en el abrir y cerrar
de tus mandíbulas
te proyectas sin alma
y te aventuras
a murmurar
un deseo
que de cumplirse
te tendría como presa
y a aquella que lo fuera
como tu perpetrador.


CINTIA CEBALLOS

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