jueves, 2 de abril de 2009

una más...

Me levanto…
y me miro en el espejo,
ya no digo crecí,
digo que estoy envejeciendo.
Hay surcos en mi piel,
de noches y de días turbulentos,
de amor y desamor,
de momentos que hoy
crispan momentos.
Lo que dí y recibí
se encuentran
en un justo equilibrio,
el debe y el haber
están a mano,
la conciencia no impide
ningún sueño,
si negué o admití,
hoy no libran batalla
en mi argumento.
Me desnudo y estoy acorde
al instante y al momento,
al dolor y al placer
que conjugué y vestí,
no en vano es el transcurso
de ese bendito dueño
que es el tiempo.
Amé y supliqué,
evité y negué,
jugué en cada juego
y fui conciente,
que una buena mano,
es sólo eso,
las cartas se entremezclan
y es que a veces,
ganas la partida
y otras veces,
evadimos el juego simplemente,
y tiramos las cartas en la mesa,
concluimos el juego, reticentes.
Pero es bueno perder,
y lo aseguro,
no hay quien sepa ganar
continuamente.



CINTIA CEBALLOS

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