miércoles, 11 de febrero de 2009

momentos de ayer...

HASTA EL FIN. 22-10-94.

Fui creciendo como crecen los caminos
y muriendo como mueres al crecer,
y las huellas que parí no son tan mías,
cuando pienso que dejé pasar el tren.
Más la vida es imprevista y descortés,
jamás pide permiso para actuar,
y la escena que mejor puedes saber,
se contempla en los aplausos del final.
Fui viviendo como viven las abejas,
ocultando el aguijón para no ser,
responsable únicamente de mi muerte
sin poder llegar a verme envejecer.
Pero a veces aunque quieras no es fácil,
soportar la humillación de complacer
y te niegas a aceptar que la rutina,
debilite lo que aún quieres creer.
Fui perdiendo poco a poco mi costumbre,
poco a poco y sin saber muy bien por qué,
mi costumbre de volar sin tener alas
o soñar sabiendo que debo volver.
Unas manos parecidas a las mías,
desprovistas de una antigua juventud,
acarician suavemente las mejillas
de una vida que hace poco vio la luz.
Fui guardando uno a uno los recuerdos
en un cofre que tal vez no deba abrir,
fui sintiendo que el cansancio me abrazaba
y el silencio se aferraba a mi existir.

Cintia Ceballos



FRAGANCIA DEL OLVIDO. 15-09-94.

Eran las doce de la noche,
el fin de un día y el comienzo de otro,
y estaba triste, su risa era fingida,
y estaba herida, su sueño estaba roto.
En el cielo rojizo rociado de tormenta,
la luna inmóvil era una espectadora,
que de a ratos oculta entre las nubes negras,
miraba con cautela el paso de las horas.
Mientras tanto la niña en su mundo infinito,
buscaba entre sus manos el tiempo adormecido,
que la llevara en andas a algún sitio lejano
para volver a ver a su sueño perdido.
Pensaba mantener sus ojos bien cerrados,
entregarse sin miedo al arrullo de un río
y caminar descalza la arena humedecida
hasta encontrar así, el fin de algún camino.
La brisa era tenue, fragancia del olvido,
su paso era lento, profundo su destino,
y al sentir el silencio como única salida,
el frío de lo incierto le parecía un castigo.
Sumergida en el agua su cuerpo no sentía,
y la sonrisa inmóvil, carente de razón,
dibujada en su rostro pedía explicación,
explicación que el río, con ella, se llevó.


Cintia Ceballos


A LOS DOS. 12-12-95.

Tu risa fue mi voz
y tantas veces,
enmudecí de ausencia
y de dolor.
Tu tiempo fue mi vida
y mi delirio,
quebrando las agujas
crecí yo.
Tus ojos fueron tanto
y tan poco,
mirando simplemente
y sin razón.
Tu rostro fue mi espejo
más inerte,
reflejando figuras
que no soy.
Y el sueño
como un mar enrarecido,
y el cielo
que nos cubre a los dos.

Cintia Ceballos


SIMPLEMENTE: LIBRE. 4-3-96.

Quisiera ser la brisa
que sorprende tus vuelos,
y dejarlos ser libres
como lo es el mar.
Quisiera cautelosa, sentir
lo que ahora sientes,
y desatar las ansias
que tienes de volar.
Quisiera ser un duende
mágico y laborioso,
para hacer de tus sueños
pronto una realidad.
Quisiera que la niebla
del tiempo no te duela,
y que tus puras manos
se colmen de verdad.
Y tener la certeza
de que nadie te hiera,
y que jamás la vida
te vuelva a lastimar.
Quisiera simplemente,
vestirte de alegría,
y verte sonriendo,
rumbo a la libertad.

Cintia Ceballos


COMO SI FUESE UN PAPEL. 8-11-00

Como si la piel fuese un papel
la vida escribe en ella,
y dibuja los sueños que se mecen,
y los tacha cuando malogrados crecen.
Narra en ella los cuentos más veraces
y describe amores que subyacen,
uno a otro hasta que al fin se queda
el que pudo combatir tanta quimera.
Como si la piel fuese un papel,
borrar no suele ser tarea fácil,
y con el paso del tiempo, sin excentos,
se vuelve vulnerablemente frágil.
Tu piel también es parte de mi piel,
ayer era mas tersa y libre de impurezas,
mañana con tus manos leerás,
cada instante de mí, escrito en ella.

Cintia Ceballos

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