Camino lentamente
sobre las palabras,
atravesarlas me resulta
consecuente
y primario.
Encontrar en los espacios
vacíos
las pausas,
aquellas que con premeditación
fueron concebidas,
el descanso.
Así como descansa
mi cuerpo plomizo
sobre tu cuerpo apaleado.
Así como descansa
mi torbellino
sobre tu remanso provocado.
Así las camino, despacio.
Acaricio las palabras,
las pronuncio
de mil formas
con mil voces.
Pero no te despierto...
Creo que te acostumbraste
a la desdicha,
que el temor
se convirtió
en tu refugio
y aunque no lo entiendo
lo acepto,
porque si hay algo
de lo que no puedo
hacerme cargo
es de tus miedos.
De mis palabras sí,
por eso
las
camino lentamente.
Cintia Ceballos
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Ah, las palabras... incendiarias, asesinas, bellas y santas. Como ocultan y develan, nuestra fuente y nuestra trampa.
ResponderEliminarUn gusto Cintia, me gusta tu invitación: unidas en nuestra innegable condición humana.
Volveré; te dejo un saludo fraterno desde el confin austral.
Gracias Eva!!! Un placer enorme que te haya gustado. Yo también te dejo mis saludos más sinceros. Y nos estamos encontrando por este medio en alguna otra oportunidad. Besos. Cin
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