El ala trémula
e incólume
de tu mariposa
me envuelve
en abanicos
de colores
y sabores.
Y aparto de
entre todos
los silencios
aquellos
que no logro,
que se pierden
en el resplandor
sutil de la palabra.
Y aún cuando
tu vuelo me seduce
elijo no mirar
y descansar mis ojos
tras el velo de piel
que se interpone.
Te cansas de volar
y a mitad de la noche
espolvoreas
tu color sobre
mi almohada,
y el laberinto
de iris miel
sigue escondido
tras la puerta,
aquella que pincela
con su roce
el ala trémula
e incólume
de tu mariposa.
CINTIA CEBALLOS 13-7-09
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